Está foto es del tío de mi marido, en su pueblo. Me recuerda a cuando yo era niña y en la era trillábamos, en un pueblo pequeño de Almería y los veranos eran maravillosos. No había luz eléctrica y el agua salía de un pozo. Había un burro dando vueltas a la noria. Éramos un montón de chiquillos todo el día sueltos, buscando ranas, peces, frutas, bichos y cualquier cosa. Por las tardes íbamos al pueblo, a dos kilómetros de distancia, a comprar la leche. La vuelta a la ciudad era un poco triste y la perspectiva de esperar un año para el retorno se me antojaba interminable.
Marta López
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