Vivimos en una sociedad democrática donde las mujeres, teóricamente, deberíamos tener los mismos derechos que los hombres. Pero no es así. Las mujeres en todo el mundo sufren violencia de género, es decir que son maltratadas por ser mujeres. Esta violencia no solo es física o sexual, sino que también existe la violencia psicológica, mucho más difícil de detectar y de combatir.
En algunos países religiosamente más radicales, la violencia la sufren también las niñas que son obligadas por sus padres a contraer matrimonio con hombres mucho mayores. Es tanta la represión que hay que las madres no pueden hacer nada por evitar que sus hijas acaben como ellas. En los países occidentales, actualmente, hay muchas mujeres que no denuncian cuando sufren una agresión por miedo a su agresor y si tienen hijos por miedo a lo que le puedan hacer a sus hijos. Pero también hay otros factores como la independencia económica o el nivel cultural, además de la represión psicológica que puede acabar haciendo que la mujer crea que “se lo tiene merecido”.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La celebración de este día sirve para sensibilizar a la opinión pública (entre la que se encuentran los maltratadores, las víctimas, pero también los testigos: familia, amigos, vecinos, etc..) y también al Gobierno para erradicar la violencia contra las mujeres y llegar a una igualdad de género real. Todavía hay muchas barreras que romper, pero vamos a seguir luchando hasta que se consiga erradicar la violencia contra las mujeres para que podamos vivir sin miedo ni temores.
Tere Crespo
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