La primavera - Tere

 Desde el pasado 20 de marzo estamos en una de las estaciones más bonitas del año: la primavera. Etimológicamente, primavera significa “buen tiempo”, sin duda, un término que define a la perfección lo que significa la estación más colorida y con temperaturas medias ideales, ni frío ni calor.

Al buen tiempo se le suma que los días son más largos que las noches, hay más luz y las plantas florecen dando un color especial a todas las zonas con vegetación y los árboles que en invierno perdieron sus hojas vuelven a brotar. 

La llegada de la primavera provoca muchos cambios, aunque el más evidente es que la temperatura es muy agradable, pasando a medias de 20-25 grados, dejando atrás el invierno que, en algunas zonas, llega a temperaturas bajo cero. En primavera las lluvias son más tropicales, sin granizo (normalmente), sin nieve y sin viento helado, aunque pueden llegar a ser incluso más abundantes que en invierno. Pero, quizás, lo más destacable es el efecto que estos cambios en el clima provocan en la naturaleza que eclosiona tanto en la vegetación como en los animales que dejan de hibernar y salen a la superficie.

La primavera también tiene efectos en el ser humano. Disponer de más horas de luz mejora el humor y también incrementa la actividad sexual ya que el sol provoca cambios hormonales que la favorecen. No olvidemos que para muchos animales la primavera es época de apareamiento. Sin embargo, algunas personas padecen efectos contrarios y se sienten más trises, cansados y sin energía. Este efecto es el que conocemos como “astenia primaveral”. Además, en primavera se polinizan muchas plantas y árboles y el aire se llena de “polen”. Los efectos del polen en el aire afectan a muchísimas personas que padecen las conocidas “alergias primaverales”.




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