El cristianismo lo celebra la víspera del nacimiento del Santo (24 Junio). Tiene la magia de las ancestrales fiestas paganas, que celebraban el Solsticio de verano. Y en común el encendido de las hogueras en calles, plazas, y playas, para celebrar el triunfo de la luz sobre la oscuridad, del amor, y la fertilidad de la tierra, con ritos muy variados según zonas…saltar las hogueras, o sobre las olas, quemar hierbas aromáticas, lavarse la cara y beber agua de manantial ése día etc. Desde la Prehistoria el Hombre ha rendido culto a los acontecimientos relacionados con la Astronomía, que regía sus ciclos vitales.
Así era el San Juan de mi juventud, ya muy lejano pero del que guardo un bonito recuerdo.
Se encendían de 21 a 22h cada vecino en su puerta, sobre todo los chicos iban a saltar las de todo el pueblo, las chicas con faldas era más difícil. La gente del vecindario se quedaba charlando hasta que se consumía la hoguera, después recogían la ceniza y limpiaban la calle.
Esa noche la tradición era que los mozos no dormían, bajaban las plantas floridas de los balcones de donde vivía alguna moza, y las llevaban a la plaza, esto daba a entender que ya la veían como una mujer y posible novia. Lo que creaba bromas cómplices entre l@s jóvenes, y parejas felizmente casadas.
El mismo día de San Juan, antes de salir el sol tod@s juntos íbamos al Manantial de la Fuente Vieja a lavarnos la cara para conservar la piel bonita y tersa. Era una noche mágica.En mi recuerdo aún perdura el aroma de las diferentes Hierbas colgadas en ramilletes oreándose en el último piso.
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