La noche de San Juan, es una noche mágica. Yo estoy en una época en que solo lo celebro en casa, con la coca y el cava, pero aún mantengo viva la llama de la ilusión.
Cuando era joven, para mi era una noche maravillosa y mágica.
Me encantaba celebrar la verbena. Primero la celebrábamos con mis amigos y nuestros padres en algún jardín o patio. Cuando nos hicimos mayores para poder salir solos , hacíamos fiestas en torres o casas. Con los preparativos disfrutábamos igual que con la verbena, un mes antes ya estábamos preparándolo todo y las llamadas telefónicas eran interminables.
Después ya fueron siendo más tranquilas, luego llegaron los niños y lo fueron aún más. Después cuando fueron creciendo y empezaron a querer petardos cada vez más fuertes, se complico la cosa.
Me daba miedo que al tirarlos con su padre se pudieran quemar. Pero tenía que dejarlos disfrutar como me dejaron mis padres a mí.
Después empezaron a poder salir ellos solos con sus amigos, y volvió otra vez a ser todo más tranquilo.
Pero de todos modos, aún para mi, continúa siendo la noche mágica, como cuando era joven.
Cuantos recuerdos maravillosos de todas las verbenas de San Juan de mi vida.
Hasta pronto…….
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