Sant Jordi...Marta López


Mis recuerdos de Sant Jordi se limitan bastante en el tiempo. En mi infancia no se celebraba y en mi adolescencia empezaba a hacerse. Una fiesta preciosa, con las rosas que se regalan a las mujeres, no sólo las parejas, también los jefes en los trabajos; con los puestos de venta de libros, ese ambiente primaveral y las golondrinas volando. Debería ser declarada patrimonio de la humanidad, a mi juicio. 

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