Era una joya.
Hace un año y siete meses que falleció. No fue mucho tiempo al colegio pero era inteligente y le interesaba cultivarse y todo lo que fuera bonito. Le gustaba bordar, coser, hacer fotos, leer, cuidar su jardín, que parecía un vergel, durante los años en que lo tuvo y del que estaba muy orgullosa y le encantaba conseguir plantas exóticas. Para ella la bondad, la decencia y la honradez eran muy importantes. Se sacrificó cuidando a su madre muchos años y también a sus nietos, a los que adoraba. Cuando ya era muy mayor supe que le habría gustado mucho conducir. A los 70 años empezó a aprender a pintar, lo hacía muy bien y disfrutaba y se entretenía con las vivencias de sus compañeras de clase, que eran bastante parecidas a las suyas, de amas de casa trabajadoras. La echo de menos y le estoy muy agradecida. Ojalá pudiera volver a verla.
Marta López
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