En mi memoria está mi abuela en el pueblo, planchando encima de la mesa, no tenía tabla de planchar y ponía una manta con un trapo blanco, tenía dos planchas de hierro que se calentaban en el fuego y se cogían con paños gruesos para no quemase, iban alternando una y otra, también humedecían con agua para que quedara mejor planchada.
Qué diferente lo poco que nos cuesta ahora, enchufar a la corriente, ahora planchamos con vapor y no cuesta nada.
Benditos adelantos, no os parece?
Paquita Royuela
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